A ver Krusty, como realmente juega bien España y pasa por encima de sus rivales es juntando a cinco jugones en mediocampo. Esto lo sabe hasta el protagonista de Aida. Si te empeñas en poner dos delanteros, porque eres torpe y no sabes si quitar a Torres o a Villa, nos cuesta más controlar en centro del campo y quedamos más expuestos atrás. Porque contra Nueva Zelanda, Iraq o el Alcantarilla todo es chachi-piruli, pero a la que te encuentras un rival con cara y ojos, la cosa cambia. Si a esto le añades que pones a Cesc por la derecha, luego lo quitas cuando era el único que enlazaba arriba y ni siquiera eres capaz de agotar los tres cambios yendo 2-0, pues apaga y vámonos.
Es cierto, que faltaban Iniesta y Silva, dos jugones de primer orden, que el partido se mereció ganar por ocasiones y que el cansancio de toda la temporada nos pasó factura, pero como Del Bosque siga obcecado con poner dos delanteros, peligra la opción más que real de pinzar nuestro primer Mundial. En fin, como diría el maestro SuperGarcía, qué pena...