Lo que sí habría que plantearse es si resulta de recibo que un ayuntamiento y un país se deje la pasta en un proyecto condenado al fracaso sólo por intentar aliviar el eterno complejo de que Barcelona haya tenido unas Olimpiadas y Madrid no. En cualquier caso, me sorprende que el risitas de Gallardón no se canse de hacer el ridículo.
En cuanto a la futura sede de los Juegos, estos días han dado unas imágenes de unos miembros del COI bailando con unas mulatas en Río de Janeiro. Blanco y en botella...